Historia
La Compañía de autobuses
de Ciudadela (hoy Transportes Menorca, S.A.) comenzó su servicio regular de
viajeros en el año 1907, dos años después que otra empresa abierta en Mahón, si
bien fue la de Ciutadella la línea que habría de continuar en solitario hasta
nuestros días.
Sus impulsores,
personajes procedentes de la nobleza (entre ellos el conde de Torre Saura, que
actuó como gerente) emitieron, en enero de 1908, títulos de participación en la
empresa por valor de 100 pesetas cada uno. Juan Vilafranca y Gabriel Cardona
fueron los primeros conductores de esta línea, así como los primeros en Menorca
en examinarse del carnet de conducir.
Joan Vilafranca Barceló
nos recuerda que la primera línea de autobuses de Menorca comenzó con el siglo
y estuvo instalada en Mahón. Sin embargo, como todos los comienzos, los
primeros pasos de esta línea fueron difíciles y su desarrollo estuvo plagado de
contrariedades y altibajos.
En 1907, una serie de
personas de Ciutadella, procedentes de la nobleza (entre ellos el conde de
Torresaura, el barón de Lluriac, Pedro Salort Martorell, Joan Simó Olivar y
otros) decidieron fundar una nueva empresa que pasó a denominarse
"Compañía de automóviles de Ciudadela", de la que el conde de Torre
Saura actuó como gerente, mientras que Salort Martorell pasó a ocupar el cargo
de administrador. Para financiar la nueva línea, sus patrocinadores efectuaron
en el año 1908, una emisión de bonos, por valor de 50.000 pesetas fraccionados
en títulos de cuentas en participación de 100 pesetas cada uno.
En los títulos, se hacía
constar (bajo el encabezamiento de "Compañía de Automóviles
Ciudadela") que el portador del mismo participaba en "la explotación
del servicio de automóviles en la isla de Menorca, con arreglo a las
condiciones consignadas en la escritura de constitución de dicha
compañía". Firmaba el gerente de la compañía, el conde de Torresaura, y la
fecha era la del 1 de enero de 1908.
Servicio regular de
viajeros
La empresa de Ciutadella,
que comenzó su andadura en el año 1907, se fundó con el objeto de establecer un
servicio regular de viajeros entre Ciutadella y Mahón. Fue la segunda empresa
de transportes que se fundó en la isla, después de la de Mahón, creada en 1905.
Un dato curioso es que los primeros coches que tuvo la empresa de esta ciudad
funcionaban a vapor, con carbón, y sus ruedas eran macizas. Los coches, que
llegaron en 1905 a Mahón, eran de fabricación francesa, de la marca "Dion
Bouton", y llegaron a puerto desmontados. La fecha de su llegada fue el 9
de septiembre, pero como quiera que hubo de procederse a su ensamblaje en la
Isla, no pudieron entrar en funcionamiento hasta el 3 de marzo de 1906. Estos
coches eran de pocas plazas (de 18, 20 y 24 asientos) pero en su haber ha de
figurar que fueron de los primeros en ser matriculados en las Baleares, con los
números 8, 9, y 10.
Era tal la sorpresa que
provocaban estos automóviles en los viandantes que los veían circular (su
velocidad no superaba en ningún caso los 30 kilómetros a la hora) que las
gentes de Menorca pronto los bautizaron con el nombre de "ets animals de
foc".
Autobuses de Ciudadela
En cuanto a la línea de
autobuses creada en Ciutadella en 1907, cabe decir en primer lugar, que, a
diferencia de lo que antes comentábamos para Mahón (cuyos primeros autobuses
funcionaron con carbón), en Ciutadella los primeros coches de viajeros (dos
"Delahaye" de 24 caballos, de 10 y 19 asientos) utilizaron la
gasolina para la tracción de sus motores.
En un primer momento, los
coches de la línea fueron conducidos por un chófer francés, quien pronto enseñó
el novedoso oficio a dos menorquines: Joan Vilafranca Saltó (de origen catalán,
pero residente en Ciutadella) y Gabriel Cardona Carreras. Fueron ellos los
primeros conductores oficiales de la línea, hasta que, entre los años 1918 y
1919, se quedaron con la empresa constituida inicialmente.
A la nueva entidad, ellos
le pusieron el nombre de «Automóviles Menorca», la cual, con el tiempo, pasó a
llamarse «Vilafranca y Cardona, S.L.» hasta 1951, año en que se fusionó con
Roselló y Compañía. Es así como en 1961, la empresa pasa a denominarse
«Transportes Menorca, S.A.» y con este nombre, figura todavía en la actualidad.
Histórico examen de
conducir
Como hemos visto antes,
Joan Vilafranca (junto a Gabriel Cardona) fueron los primeros conductores de la
línea Ciutadella-Mahón. La carrera de Joan Vilafranca era la de maquinista
mecánico naval, y como tal, había navegado con el barco "El Turia", haciendo la
travesía entre Bilbao y Liverpool. Vilafranca era catalán (natural del pueblo
de Vilaseca) y vino a vivir a la isla al contraer casamiento con una
menorquina: doña Ángela Pons. El matrimonio vivía en un principio de un pequeño
taller que montaron en la ciudad.
Por su parte, Gabriel
Cardona era natural de Mahón y se casó en Ciutadella con doña Anita Sampol de
Palós. Su profesión era la de herrero, aunque antes había trabajado en la rama
de la mecánica en la Comandancia de Ingenieros de Mahón.
No obstante, las vidas de
Vilafranca y Cardona (al menos en el aspecto profesional) habrían de cambiar de
forma radical en 1908, concretamente el 20 de mayo de este año, fecha en que
llegaba a Menorca el ingeniero don Miguel Massanet y Beltrán. Su misión:
examinar del permiso de conducir a los señores Joan Vilafranca y Gabriel
Cardona. La prueba fue superada de manera satisfactoria, de forma que el señor
Massanet dio su beneplácito de que ambos examinandos habían demostrado estar en
condiciones de conducir cualquier coche.
Fue ésta una prueba
histórica, ya que constituyó el primer examen de conductores que se hizo en la
isla de Menorca.
Los primeros coches
Avanzando en el tiempo y
en la historia de la empresa de viajeros de Ciutadella, bueno será referirnos a
los primeros coches que cubrieron la línea regular entre Ciutadella y Mahón.
Los pioneros en estos menesteres fueron los "Hispano-Suiza", que
funcionaron entre los años 1928 y 1929. La potencia de estos coches era de 30 y
40 caballos y su capacidad de 32, 28 y 22 plazas respectivamente.
A Los
"Hispano-Suiza", les siguieron los coches "Studebaker", de
General Motors. Hubo dos de estos en la empresa, los cuales llegaron entre los
años 1934 y 1935. Su capacidad era de 28 y 32 plazas, respectivamente, y
llevaban frenos hidráulicos. Funcionaron también después de la Guerra, aunque
la carencia de gasolina aconsejó instalar los gasógenos, que funcionaban con
carbón de encina y pino.
Otro tipo de coches que
hubo fueron los Chevrolet, tipo máster, también americanos, de 35 plazas y
cabina de camión, con carrocería hecha en Alaior, que eran los mismos que
entonces llevaba el ejército. Su precio aproximado, para entonces una fortuna,
era de 35.000 pesetas. Juan Vilafranca todavía recuerda sus matrículas: PM 7711
y PM 7772. También hubo coches "Bedford" ingleses, movidos con
gasolina, a los que, con el tiempo, se les instaló un motor Perkins de 6
cilindros. Sus matrículas: PM 7566 y PM 7562. Las estructuras de estos coches
(que eran de madera) fueron fabricadas en Girona, por la fábrica
"Ayats", de Arbucias. Vilafranca comenta que en Menorca,
concretamente en Alaior, había también un fabricante de este tipo de
carrocerías (Gabriel el carrocero) si bien las confeccionadas en Girona resultaban
tener una suspensión mejor.
Más tarde llegarían los
"Pegaso" carrozados en Zaragoza por la empresa Escoriaza y Fabro, si
bien sus chasis se fabricaron en Barcelona, en la antigua fábrica Hispano
Suiza. A pesar de no ser ni mucho menos los mejores, este tipo de coches se
adquirieron por las medidas proteccionistas instauradas por el Gobierno de
Franco, primando a las empresas españolas e impidiendo la compra de coches en
el extranjero ante la falta de divisas.
Tanto por recordar
Juan Vilafranca Barceló
(nieto de Juan Vilafranca Saltó) siguió los pasos de su abuelo en el mundo de
la mecánica y los coches, de manera que, como su padre (Juan Vilafranca Pons) y
tíos Adolfo y Ángel, también habría de trabajar de conductor en la línea de
«Automóviles Menorca». Asimismo, Juan Vilafranca recuerda que, sobre el año
1950, condujo un "Lancia" italiano, superviviente de la Guerra de
1914, que no llevaba batería ni, por consiguiente, instalación eléctrica. Sin
motor de arranque, la puesta en marcha se hacía con manivela y funcionaba con
gasógeno. Los frenos eran mecánicos y el volante de hierro macizo. Con el
tiempo, a este coche se le instaló una batería, cuya alimentación era exclusiva
para las luces de alumbrado. Con semejante artefacto, el trayecto Ciutadella-Mahón
se convertía en una verdadera aventura si se hacía de noche, ya que en caso de
avería (dada la casi nula circulación por carretera que entonces había) el
conductor podía verse obligado a quedarse en el lugar del infortunio hasta el
alba, en espera del paso de un vehículo salvador.
Nada que ver con la
actualidad, en que todos los autobuses de la empresa «Transportes Menorca» (de
las marcas "Pegaso", "Iveco" y "Daf") cuentan con
aire acondicionado y la mejor comodidad. La flota, compuesta por unas 20
unidades, garantiza la máxima seguridad y bienestar para los viajeros. En toda
la historia de la compañía (más de 90 años) no se tiene constancia de ningún
accidente mortal. Juan Vilafranca concluye afirmando que, lejos del ánimo de
lucro, lo que siempre ha caracterizado a la empresa, ha sido el espíritu de
servicio a la Sociedad.
Agradecemos la colaboración de D. Luis Negro Marco, en la redacción de esta información.